Qué son las aguas negras y cuál es su correcto tratamiento
¿Qué son las aguas negras? Las aguas negras hacen referencia a aguas cuya composición ha sido alterada de una manera específica.
Estas aguas son, por desgracia, fuente frecuente de enfermedades en países subdesarrollados debido a unas instalaciones de tratamiento de agua insuficientes que afectan a más de 2000 millones de personas, tal como han reflejado organizaciones como la Organización Mundial de la Salud
Sin embargo, un correcto tratamiento de estas aguas puede ser fuente de sostenibilidad, como expresa la ONU, y por eso en este artículo exponemos qué son y que provoca las aguas negras y cómo pueden tratarse para revertir de forma beneficiosa en higiene, salud y entorno.

- 1. Qué son las aguas negras
- 1.1 Qué contiene
- 2. Microorganismos
- 3. Riesgos de consumo
- 4. Tratamiento
Qué son las aguas negras
¿Qué son las aguas negras? La denominación “aguas negras” se utiliza para hablar de aguas residuales o cloacales, es decir, aquellas aguas que han sufrido la intervención humana de forma que ésta ha alterado su composición, ya sea por vertido de elementos químicos (como los resultantes de algunas industrias) u orgánicos (como las heces).
Es importante no confundirlas con las aguas grises, que son aquellas que provienen del uso doméstico.
Qué contiene las aguas negras
¿Qué contiene las aguas negras? Cómo hemos expuesto, la composición de las aguas negras se ve alterada por materiales que pueden ser tanto orgánicos como inorgánicos. Estos pueden encontrarse en el agua en distintas formas:
En suspensión
En disolución
En estado coloidal
Estas sustancias pueden ser tanto sólidas (como partículas arenosas), como líquidas (como ocurre con las grasas como el aceite), y pueden provocar el desarrollo de una actividad microscópica de bacterias que dé lugar a malos olores y colonias de microorganismos.
¿Qué microorganismos pueden aparecer en las aguas negras?
Una vez conocido qué son las aguas negras, ¿de dónde vienen estas bacterias y patógenos microscópicos? En general, de las heces y el propio aparato digestivo de las personas cuyos desechos han entrado en contacto con el agua.
Entre los microorganismos que pueden aparecer en las aguas negras que, en muchos casos, se consumen en países menos desarrollados, encontramos los causantes de las siguientes enfermedades:
Disentería
Cólera
Hepatitis
Fiebre tifoidea
Y, en general, cualquier enfermedad en la que las heces sean una fuente de transmisión.
Pero la contaminación por desechos humanos no es la única que puede contaminar las aguas negras, sino que la industria también es responsable de este tipo de procesos.
Los vertidos de aguas con presencia de partículas procedentes de plantas de producción animal, mataderos, granjas o la industria química como es el caso del sector de los detergentes, pueden dar lugar a desechos que afecten la composición de las aguas negras.
Es por ello que en los países desarrollados estos vertidos son completamente ilegales, y las fosas sépticas por las que pasan las aguas negras también deben seguir una normativa para su tratamiento específico.¿Qué provoca el consumo de aguas negras? Riesgos
La actuación de las partículas que forman parte de las aguas negras, así como la transmisión y crecimiento de colonias de microorganismos en las mismas, pueden dar lugar a distintos riesgos derivados del consumo o uso de estas aguas residuales:
Infectividad: Muchos de los componentes microscópicos de las aguas residuales pueden provocar enfermedades, pero si bien estas pueden atacar a consumidores humanos, también pueden afectar a la salud de animales y plantas, así como empobrecer y dañar la salud del entorno.
Mal olor: Debido a los elementos químicos así como a las reacciones orgánicas que están teniendo lugar en las aguas negras, estas pueden ser fuente de malos olores.
Toxicidad: Aunque los componentes de las aguas negras no sean de naturaleza infectiva, es decir, no generen una enfermedad bacteriana en personas o animales, éstas pueden ser moléculas que, por su estructura, los organismos no puedan procesar, produciéndose daños e intoxicaciones nocivas.
Alteraciones térmicas: Principalmente algunos residuos químicos pueden contaminar el agua a nivel térmico, provocando daños en los procesos naturales que habitualmente tienen lugar en su entorno.
Todos estos peligros se unen, además, a la afectación del aspecto del agua, que suele volverse más oscura suponiendo también un daño estético a los espacios en los que se vierte.¿Cuál es el correcto tratamiento de las aguas negras?
Las aguas residuales empezaron a tratarse hace cientos de años en el Imperio Romano, que fue la primera civilización en incorporar un sistema de alcantarillado.
Sin embargo, el tratamiento y depuración de las aguas negras de hoy en día, en plantas especializadas, han supuesto una revolución que permite una reutilización total de estas aguas.
Este proceso se lleva a cabo en plantas de tratamiento de aguas residuales que someten al agua a una serie de mecanismos físicos (como filtros) y reacciones químicas (como la emulsión de las grasas), que permiten que el agua vuelva a su composición original.
Este tratamiento de depuración consta principalmente de 3 fases:
Separación y sedimentación de partículas sólidas, como la arena.
Transformación biológica de la materia orgánica en residuos sólidos, de una forma similar a como se realiza en las fosas sépticas.
Mediante una serie de piscinas, se llevan a cabo distintos procesos, que incluyen filtración microscópica o desinfección, entre otros.
Una vez finalizados estos procesos, el agua se ha depurado y puede reutilizarse en las aplicaciones que se crea conveniente.
Las plantas de tratamiento de aguas negras se vuelven, por tanto, una infraestructura básica y fundamental para asegurar la salud de personas y entorno, y uno de los retos del presente momento es conseguir que toda la población mundial pueda contar con estas instalaciones para acabar con el consumo de aguas negras.